10.02.2014 00:07
Un día nublado, ha llovido toda la mañana y gran parte de la tarde, se siente un frio en la ciudad, todos tienen chamarras y abrigos. Algunos van de compras a centros comerciales, otros siemplemente por un café.
¿Qué mejor forma que atravesar la ciudad de norte a sur o viceversa que viajando por esta vía rápida?
Mi trayectoria empieza sobre el boulevard Campestre, entré al Malecón, se ve muy seguro, incluso fluido, el malecón lleva agua, no tengo ningún carro delante de mí y me voy más despacio. Prendo el radio y enciendo un cigarrillo. Paso un puente grande, cerca de una curva, no le temo, voy con mucho cuidado.
Voy avanzando más y llego cerca de una zona donde se puede hacer deporte. Qué genial. Decido pisarle un poco más y llego al boulevard Adolfo López Mateos, me gusta esa zona que le sigue, un poco curveado y llegamos al famoso puente del amor. Arrebasando a un taxista llego a una zona donde hay un parque con una fuente muy grande. Me llama la atención, pero la pierdo al ver a mi izquierda algo muy peculiar; Muchos árboles frondosos y grandes. Me detengo, no puedo más con esto, tomo mi cámara y decido capturar este momento.
El cielo gris, un viento frío y un malecón con agua de lluvia viajando muy lentamente y a su derecha una hilera de carros viajando al norte de la ciudad, tal vez sea un momento cualquiera para alguien, pero para mí fue algo muy diferente porque este clima muy raras veces se ve y se siente aquí en la ciudad.
